Pio Ricci (Florencia, 1850 - Arezzo, 1919)

Nacido en Florencia, capital de la Toscana, en 1850, Pio Ricci muere en Arezzo, ciudad del Este de la referida región, un día como hoy, de 1919. Buena parte de su vida artística se enmarca en un período transicional, conocido internacionalmente como Cambio de Siglo, caracterizado por la emergencia continua de numerosos estilos artísticos; algunos revisitan el pasado, que renace gracias a los descubrimientos arqueológicos y el gusto por lo exótico que ello favorece, mientras se retoman ciertos ambientes Rococó, presente en el relato de acciones banales que devienen ajenas a las dinámicas sociales finiseculares. 

Ricci no se inscribe en los movimientos de vanguardia, -de hecho, el Post-impresionismo avanza en el período vital del artista-, sino que se inserta en las prácticas de continuidad de una producción que sublima el ocio y las actividades pueriles, consideradas, de gusto refinado. A tono con ese espíritu, su pintura persigue la sofisticación y abraza la elegancia como resortes de identidad. Establece el auge de una burguesía que anhela ser aristocracia, e imita.

Las obras de este artista florentino semejan compendios de modelos: de vestuario, pelucas y postizos, tapices, mobiliario de estilo, incluso, de instrumentos musicales. La época que se refleja abrumadoramente no es la suya; se enfrasca en producir imágenes de momentos anteriores; de modas –tanto del vestir como del actuar- superadas, pero legitimadas como reflejo de una sociedad abierta al consumismo.

Puede afirmarse que sus pinturas son una loa a los sentidos: la vista y el tacto, que se regodean en los sedosos tejidos y los exuberantes encajes, también en las propuestas de lecturas que nunca se realizan, a pesar de la copiosa biblioteca; el oído, siempre atento a la lisonja amatoria entre parejas o gozando de la música de cámara, que entre los personajes se ejecuta; y el olfato, ante los espléndidos bouquets que adornan muchas de sus composiciones. 

Pio Ricci estudió en la Academia de Bellas Artes de Florencia y se dedicó fundamentalmente a la pintura de género, en cuyo ámbito se inscribe la pieza de su autoría que colecciona el Museo Nacional de Bellas Artes. Titulada Pareja, resulta un ejemplo característico de su estilo e intereses argumentales. La escena casual ocurre en uno de sus frecuentes interiores, específicamente en un espacio de tránsito, como lo es la escalera, apuntándonos lo efímero de la ocasión. La joven coloca una flor en la casaca dieciochesca de un galán, cuya esbozada sonrisa y labios entreabiertos nos confirman su discurso motivado, bien recibido por una doncella de quien, aunque nos sustraen el rostro, nos es posible percibir su disfrute del momento, gracias a la suave y relajada línea con la que han sido delineadas las partes visibles de su cuerpo.

Anteriormente llamada, Escena galante, esta obra de pequeño formato se expone en la Sala Permanente de Arte Italiano, y procede de la notable colección privada de Oscar B. Cintas Rodríguez.