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El museo y su historia
Solapas principales
Cuando en 1913 el Museo Nacional abrió sus puertas, comenzó el primer capítulo de un evento trascendental en la historia de la cultura cubana. Sus más de cien años de existencia han corrido parejos con el decursar de la nación y hoy, convertido en un gran complejo museal, continúa enfrentando retos.
Un cubano ilustre, el reputado arquitecto Emilio Heredia Mora (1872-1917), descendiente del gran poeta José María Heredia, hizo un llamado público el 1 de noviembre de 1910 en el diario La Discusión para recabar apoyo oficial de instituciones públicas y privadas con el fin de realizar el antiguo sueño de un museo.
En 1915 el Ayuntamiento de La Habana reclamó el emplazamiento y la joven institución tuvo que trasladarse al nuevo lugar que se le asignó en 1917. Se trataba de la Quinta de Toca, en la Avenida de Carlos III, que representó, a pesar de todo, un local más adecuado.
El emplazamiento de las colecciones del Museo Nacional en el nuevo edificio del Palacio de Bellas Artes ocurre finalmente en 1955. La construcción de la flamante nueva sede sobre la base del proyecto de Pichardo, la constitución del Patronato, y la honestidad y firmeza de tantos años de Rodríguez Morey, reavivaron sin lugar a dudas las donaciones y depósitos que siempre acompañaron al Museo.
Con el triunfo de la Revolución cubana en 1959, triunfa también la gran tradición de pensamiento y acción emancipatorios que había nacido en los albores mismos de nuestra nacionalidad. Al llevar a vías de hecho el gran proyecto de justicia social, la Revolución consuma un suceso cultural y creador sin precedentes para la Isla.
El más antiguo de los tres edificios que conforman el conjunto del Museo Nacional es el primitivo Cuartel de Milicias que, construido en 1764, mantuvo su inicial función hasta 1844. A partir de entonces se destinó a otras dependencias militares.
En 1964 cristalizó uno de los proyectos decisivos del Museo: las Galerías de arte cubano. Con ellas se ofrece el primer panorama histórico-crítico de las artes plásticas cubanas desde una perspectiva museológica, condensando tesauros largamente reunidos por diversas vías, que permitieron una reflexión más completa de varios siglos de arte en la Colonia, de la pintura académica, así como de varias generaciones de maestros modernos y contemporáneos.
No es hasta finales de la década de los 80 que comenzó a abrirse paso una nueva política de tesaurización que marca un viraje en su gestión patrimonial. Los frutos de esta política hicieron posible que las colecciones hayan crecido, modesta pero sostenidamente, durante los últimos años.
Y el aumento continuo de sus colecciones lo transforma a partir de la remodelación capital culminada en 2001, en un gran complejo museal, donde un nuevo edificio histórico de la ciudad, el antiguo Centro Asturiano, alberga en lo adelante las colecciones extranjeras.
La reapertura del Museo en julio de 2001 fue un momento mayor en la historia de la institución y un valioso acontecimiento en el ámbito de la cultura artística.