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Arte para la mente distraída
Las piezas que integran la presente exposición: Arte para la mente distraída, se encuentran entre las primeras obras que el artista ha producido tras desligarse, -probablemente de forma definitiva-, de la pintura al óleo, y comenzar a incursionar en la pintura acrílica, con intermedio del aerógrafo. En su permanente proceso de aprendizaje, Cordero reparó en las minúsculas partículas que el uso de esta técnica produce, interpretándolas como pequeñísimas moléculas o como los invisibles átomos de los que habla la Física Cuántica; imperceptibles ciertamente, pero presentes en toda materia conocida. Una analogía que puso en marcha conexiones entre energía y materia, entre conocimiento, percepción y apropiación. Un nivel de expresión metafórico que evoca lo que no vemos, pero existe. De ahí el bagaje contemplativo de su pintura, que trasciende lo visual para instaurarse en lo intelectivo. De esta manera, Raúl describe un tránsito por la propia edilicia de la Historia del Arte, pues su obra, como la visión misma, ha observado el mundo en tres “distancias” diferentes. La amplia, the outdoors, -paisajes, marinas…-; luego en la distancia común de lo que habitamos -interiores, naturalezas muertas, candelabros y demás fuentes de luz-; y después, hacia el interior de todo. La parte que no se ve. De lo que pensamos que pudiera estar compuesto todo. La materia, la energía. Las dos primeras incluyen cuanto conocemos, incluso, lo que deseamos que exista. Sin embargo, es en la tercera distancia donde el proceso de idealización se decanta de lo verista a lo verosímil, para ayudarnos a creer, a ser parte. ¡Y es que adoraríamos apreciar la pintura de Cordero como resultado de un saber, dígase, la forma visible del átomo! Estas vibrational paintings, ofrecen una manera de expresar o evidenciar el universo a través de una sección, pero teniendo esta una especial particularidad, pues se trata de una fracción exponencialmente mínima y a la vez, intelectualizada, argüida. La esfera deviene entonces en centro formal y su replicación enfatiza este repertorio abstracto-figurativo, novedoso dentro del itinerario corderiano, mientras, de continuidad, retoma sus paisajes, herederos de la arquitectura pictórica del artista holandés Meindert Hobbema y su conocida, La avenida de Middelharnis, ca. 1689. Raúl mantiene el difuminado de las formas y la presencia de textos cuya inusual grafía coadyuva a establecer un código paralelo al de las imágenes. Ambos elementos asientan la dispersión mientras reclaman mayor atención de parte del público. Una mente distraída no se enfoca. Es invadida por secuencias infinitas de interferencias: mensajes de texto, demandas fisiológicas, preocupaciones, temperatura inadecuada, ansiedades; un largo etcétera interrumpe eventualmente la atención y la dispersa, distrayéndola. Precisa desarrollar la capacidad de concentrarse para aprehender y establecer memoria. (Fragmentos del texto principal incluido en el catálogo de la exposición, titulado: Concierto de Colonia. Autora. Niurka Fanego). Arte para la mente distraída es la primera exposición personal de Raúl Cordero (La Habana, 1971) en el Museo Nacional de Bellas Artes de Cuba. Nueve pinturas de gran formato y diversos elementos resultantes del trabajo pictórico se incorporan en esta ocasión, a saber, fotografía, objetos y videos de los procesos, así también, una pintura con movimiento giratorio y una instalación de texto con luces. Anteriormente, Cordero ha integrado la nómina de varias muestras como: El Museo crece (2001), Museo tomado (2006), Turn on (2014), Contaminación (2014) y en 2015, presentó su fiesta electrónica Transient Poetry / Poesía Pasajera, consistente en su actuación en calidad de Djoy y la proyección en loop de dos textos muy reiterados en sus obras Local Art for Foreigners / Foreign Art for Local, que sintetizaban su perspectiva sobre el arte y la interacción de este, en y desde el contexto nacional. En la colección museal, Cordero se encuentra representado con la obra pictórica Pintura superior y con el video Reportage. Es considerado pionero del video-arte en Cuba y constituye, sin dudas, uno de nuestros más notables artistas conceptuales, con un importante reconocimiento de crítica a nivel internacional.
- 2013 lecturas

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