Imagen de Fidel en Cuba Colectiva, 50 años después

El mural Cuba colectiva devino en la obra más emblemática de los años sesentas del pasado siglo en el país. Su génesis se encuentra entre aquellos creadores participantes en el Salón de Mayo francés de 1967, que lo concretaron como homenaje a la joven Revolución Cubana.
La enorme pieza deja ver la profunda influencia de Fidel con varias obras que hacen referencias a él y al proceso revolucionario, no solo por lo que representó en 1959, sino porque, al momento de producirse tamaño acontecimiento de las artes visuales, se hallaba inmerso en procesos de trascendencia mundial.
1967 se designóen Cuba como «Año del Viet Nam Heroico» y la correspondiente Semana de la Solidaridad con el país asiático se celebró durante la estancia de los artistas en la Isla.
Además, el Che se encontraba en Bolivia realizando su labor internacionalista, en Estados Unidos se luchaba por la igualdad racial y el líder negro Stokely Carmichael se hallaba en la mayor de las Antillas como delegado de honor de la Organización Latinoamericana de Solidaridad, cuya Primera Conferencia clausuró Fidel.
En ese contexto, los intelectuales franceses que venían a presentar el Salón acompañaron al Comandante en Jefe durante la conmemoración del XIV aniversario de los asaltos a los Cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes, el 26 de julio, en acto celebrado en Santiago de Cuba.
En la apertura del Salón, el 17 de julio, se reservó un espacio para que el Líder de la Revoluciónse sumara a la iniciativa del mural Cuba colectiva, destinándolela cuadrícula 26, cual acto cargado de simbolismo.
Frases como «Viva Cuba», «Revolución» y otras dedicadas a Abel Santamaría y el Moncada, acompañadas de representaciones del significado de la Revolución, imágenes alusivas a José Martí y al Che, conformaron el cúmulo que dio vida al mural.
Fidel también estuvo referenciado de varias maneras. Su imagen sonriente (Bernard Rancillac), un hombre sin rostro con la frase «Ven pronto Fidel» (Salvador Corratgé) o la fotografía multiplicada de su perfil (César Baldaccini) evidenciaban cuán inspirador fue el Comandante en Jefe para los participantes, nacionales y foráneos, en el Salón de Mayo.
Cuba colectiva multiplica hoy la imagen del Comandante y nos recuerda su impronta y la manera en que influyóen grandes artistas revolucionarios.
La pieza se exhibe en el Edificio Arte Cubano como parte de La gran espiral que, hasta el 11 de diciembre, revive los acontecimientos artísticos de julio y agosto de 1967 a cinco décadas del acontecimiento.