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Colección de arte contemporáneo internacional en el Museo Nacional de Bellas Artes: Marina Pinto
PINTO, MARINA
TECHUMBRES
LINOLEUM / PAPEL
382.00 X 270.00 MM
79.657
Existe un importante grupo de mujeres artistas de Latinoamérica, desde las iniciadoras en este mundo de las artes visuales, hasta las más contemporáneas. En algunos casos contamos con poca información de las mismas, pero no por ello deja de ser interesante la labor realizada. Al contar con una pieza de colección, nos vemos obligados a investigar y tratar de encontrar la mayor información de los creadores, pues la información es la historia. Marina Pinto es una de esas creadoras, con una obra en la Colección de arte contemporáneo internacional del Museo Nacional de Bellas Artes. Su pieza Techumbres, un linóleo sobre papel, forma parte de nuestro acervo.
Esta creadora se dedicó fundamentalmente al grabado. Nacida en Chile, junto a su esposo Carlos Hermosilla –quizás el artista plástico más relevante de Valparaíso, por la trascendencia de su obra y por el legado de su escuela, donde se formaron excelentes artistas–, realizó su trabajo como discípula y colega. Como parte de un homenaje ofrecido a Hermosilla, 88 obras de ambos fueron seleccionadas por el Fondo de las Artes de la Universidad de Playa Ancha para dar vida a la exposición La matriz del diálogo: Carlos Hermosilla y Marina Pinto en el arte del grabado que fue inaugurada en la Sala Viña del Mar en conmemoración de los 110 años del nacimiento del destacado maestro nacional.
Esta exhibición contó con una selección de las obras que propiciaron un diálogo y, a la vez, una confrontación entre los dos creadores, pareja en la vida y colegas en el arte. Se trataba de evidenciar los valores propios de cada artista, sus puntos de coincidencia y sus momentos de divergencia. Fue un homenaje para poner en valor un aspecto del maestro no solo como grabador, sino como artista preocupado del acontecer diario de su ciudad, de su país y del mundo, que reflexionaba sobre el hombre y su humanidad a través del arte, junto a la mujer que lo acompañó toda su vida, Marina Pinto.
Esa fue la tercera exposición enmarcada en las actividades de celebración de los 110 años del nacimiento del grabador (18 de octubre de 1905) que comenzaron en octubre de 2015, con Hermosilla: Aceleración y Hermosilla: Poéticas, y que se extendieron hasta octubre de 2016.
Si vamos a los inicios, veremos que Grabados inéditos del Fondo de Arte de la Universidad de Playa Ancha fue la muestra que se exhibió en el centro cultural La Sebastiana, en Valparaíso, Chile, y que comenzó con los festejos del centenario de Carlos Hermosilla. Las obras que allí se exhibieron correspondían a artistas que fueron discípulos o amigos de este artista, quien en la década del 30 fundó una escuela de grabado dependiente del Bellas Artes de la Ciudad Jardín, la cual funcionó ininterrumpidamente hasta los años 70.
Estudiando una de las dos obras de Marina Pinto que tenemos en colección, podemos comentar que su trabajo ha sido dirigido fundamentalmente al paisaje, un paisaje citadino y campestre. Su Techumbres, mezcla elementos naturales y vegetales para componer los techos de casas de bajos recursos. El uso del color es limitado solo a blancos, negros y grises. Un trabajo con cierta planimetría, pero interesante en cuanto a composición y ritmo. La otra pieza, titulada Barcos, es un linóleo sobre papel y tiene un estilo similar.
Por Margarita González Lorente
Curadora
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