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Destacó Leandro Soto vivencias en conversatorio organizado por el Museo

El artista Leandro Soto protagonizó un conversatorio este 16 de marzo en el Salón de Audiovisuales del Museo, donde resaltó momentos de su labor artística y pedagógica.
El encuentro, conducido por la curadora Corina Matomoros, sirvió al artista para resaltar la multidisciplinariedad de su trabajo y el método pedagógico que sigue para la enseñanza del arte.
Interrogado sobre sus experiencias en México, aseguró que «cada país requiere un método específico, y lo que funciona para una no es así para otra cultura».
«Hay comunidades que te leen el cuerpo, te leen la expresión», destacó. Además, contó que en gran medida, las raíces afrocubanas ha influido en la manera en que se relaciona con personas de otras partes del mundo.
Sobre sus experiencias como profesor de arte en la nación azteca, Leandro Soto resaltó que «en primer lugar les enseñé dependiendo de la comunidad. Había lugares donde había cerámica muy funcional y los niños me contaban unas historias muy lindas».
Tomando en cuenta eso, el cubano aprende de cada cultura con la que se ha relacionado para lograr expresar su arte de manera más precisa. En Yucatán, dijo Leandro, tuvo un entrenamiento a base de sueños con un chamán
«Fue una manera a través de la cultura de cambiar mi visión, pues este señor realizaba entrenamientos a través de sueño. Había una técnica de trabajo, una cultura ancestral que utilizaba la psiquis».
Eso tomó como un año para el primer resultado. Después de un año de investigación, de vivencias, Soto concibió las primeras obras sobre el tema.
Tras la experiencia en México, llegó a Arizona, donde compartió con muchos nativos mientras hacía su residencia artística en una Universidad local.
«Siempre asumo el arte como método investigativo y de auto transformación. En Arizona, luego de las clases y los cursos, los estudiantes indígenas me llevaban a participar en sus rituales», destacó.
En esa región norteamericana aplicó la misma técnica de México: crear las condiciones y motivar la creatividad.
Más tarde, Leandro viajó a la India, un lugar que, confiesa, siempre lo atrajo.
«Tuve la oportunidad de ir a una residencia artística de tres meses en Nueva Delhi, y fue la primera vez que decidí utilizar el sari para pintar».
Allí tuvo la posibilidad de entrar a los templos y eso se convirtió en una investigación a nivel profundo porque en la India está viva la cultura antigua.
«Pude encontrarme con maestros y recibir técnicas, instrucción y ejercicios que me he mantenido practicando (...) En la India trabajé con escuela, con niños, dando clases. Utilice el sari y los papeles que ellos utilizan, toqué música para la meditación», resaltó.
En otro momento del conversatorio, habló de sus experiencias en Barbados, donde también promovió el arte y su relación con Samuel Feijoó, de quien dijo era amigo de su familia.
«Yo iba los jueves por la noche a reuniones que hacían un grupo de pintores. Ellos creaban a partir de los cuentos locales y estoy de acuerdo en que ahí hubo un entrenamiento. Cienfuegos siempre ha sido una ciudad muy abierta a las nuevas expresiones de creación», declaró.
Luego del conversatorio con Leandro Soto, el propio artista ofreció a los asistentes una visita guiada por su muestra Crónicas Visuales que se exhibe en el 2do nivel del Edificio de Arte Cubano hasta mayo venidero.

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