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DOCTORA MARÍA CASTRO MIRANDA: TRIBUTO Y DEVOCIÓN

En un soleado y fresco mediodía del 7 de marzo del 2019 un grupo íntimo de sus colegas y amigos acompañamos las cenizas de la doctora María Castro Miranda a su último lugar de reposo. En profundo y emotivo recogimiento presenciamos el acto en aquel hermoso y apacible jardín dedicado a la Madre Teresa de Calcuta, del cual emana una poderosa energía espiritual que flota en el aire y se extiende al anexo Convento de San Francisco de Asís.
Más allá del dolor de la pérdida que nos conmovía a todos los presentes, es la primera vez que soy testigo de una despedida tan colmada de evocaciones de plenitud y realización personal. Sin duda fue el adiós de una personalidad destacada de la Cultura Cubana, alguien tan excepcional que se mantuvo trabajando hasta los últimos momentos de su fecunda existencia. Su paso por la vida fue enriquecedor para todos los que tuvimos el privilegio de conocerla. Su sabiduría sobre el arte clásico griego no dejaba de asombrarnos pero ella, conocedora de su erudición, sabía trasmitirlo con tal sentido pedagógico y naturalidad que la vergüenza de nuestra ignorancia se tornaba en admiración y reconocimiento.
María Castro supo encaminar sus pasos con absoluta seguridad hacia la cultura griega sin necesidad de consultar el Oráculo de Delfos. Supo penetrar a profundidad en su literatura y su arte desde las aulas universitarias. Y después, tuvimos la inmensa dicha de tenerla como curadora de la colección de arte griego del Museo Nacional de Bellas Artes de La Habana durante valiosos e intensos años. Por eso en los momentos de su deceso ella no merece lágrimas de dolor por su partida sino un cerrado aplauso por una vida de éxitos y logros únicos. La doctora Castro alcanzó durante su fructífera existencia colmar todas sus expectativas humanas y científicas.
Nadie más exigente con su trabajo que la Dra. Castro. Su conocimiento de la Grecia clásica era, definitivamente, asombroso. Recibió por su erudición el título honorífico de Embajadora del Helenismo en Cuba, otorgado por la Prefectura de Atenas en el 2001 y la Medalla Cruzata de Oro, conferida por el Presidente de la República Helénica en el 2013.
No conozco cual era la convicción religiosa de la Dra. Castro. No importa. Sé que ella fue bienvenida al Olimpo de los dioses griegos en cuya puerta la recibió Zeus sonriente, invitándola a entrar con un gesto majestuoso de aprobación, mientras que a prudencial distancia estaban Palas Atenea, la diosa de las artes y la sabiduría, y Afrodita, divinidad de la belleza, para amorosamente tomarla de cada mano y llevarla a las mansiones de cristal donde descansará por siempre la paz eterna.

Roberto Cobas Amate
Curador Arte Cubano

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