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Un diálogo entre lo patrimonial y lo vivo
Alejandro Sánchez finaliza una copia fiel con carboncillo de una obra que forma parte de la exposición Bicentenario de San Alejadro, tradición y contemporaneidad. En medio de la sala del Edificio de Arte Cubano, entre visitantes y otros jóvenes que también pintan, se concentra en los detalles finales. Él es estudiante de tercer año de la Academia de Bellas Artes San Alejandro que ha formado parte, junto a más de cincuenta compañeros, de un ejercicio colateral por la celebración de los doscientos años de su escuela.
«Esta actividad me ha ayudado a romper la frontera que tenemos de trabajar frente al público y me ha permitido conocer importantes obras de algunos de mis profesores y sentirme más cercano a ellos», comenta Alejandro.
Delia López, curadora de la exposición, organizó el ejercicio en un intento de poner a dialogar lo tradicional con quienes forman parte hoy de la Institución.
Con la destreza de quien domina casi a la perfección las más de sesenta obras expuestas, ella explica a los alumnos el contexto, las formas y las temáticas cubanas presentes en las pinturas, esculturas, dibujos y grabados de la sala.
«Es una propuesta que intenta demostrar que la academia tiene vida después de doscientos años de su creación y nos propusimos que este ejercicio permitiera la convivencia entre el arte más tradicional con los más jóvenes como una forma de enaltecer la actividad docente del centro», argumenta Delia.
Es la primera vez que estudiantes y aspirantes a entrar a la escuela vienen a trabajar en una sala del Museo. Una manera práctica de vincular las distintas generaciones y hacer que convivan con artistas que han formado parte de las colecciones de arte más importantes del país.
María Consuelo Mendoza, profesora de la Academia hace 30 años, ha visto muy motivados a sus alumnos. «Ellos han podido trabajar frente a una pieza original y analizar sus texturas, sus valores y otra serie de condicionantes que ha superado los ejercicios de clases donde solo tienen contacto con la obra en digital».
Según la docente el ejercicio de los estudiantes consistió en hacer copias de algunas obras y descontextualizarlas para llevarlas al arte moderno y luego al contemporáneo, mientras que los aspirantes a entrar a la escuela hicieron un trabajo creativo que consistió en la interpretación individual con lápices de colores o pastel seco o graso.
Los mejores trabajos de los participantes serán expuestos en el Centro de Información Antonio Rodríguez Morey, junto a los archivos fotográficos de la Academia de Bellas Artes San Alejandro, desde la Colonia hasta la actualidad.
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