Nostálgicos de una industria que marcó, como ninguna otra, el devenir de la nación; personas interesadas en la historia, los desafíos y los dramas actuales de la producción de azúcar en Cuba; gente que nació, se crió o todavía vive cerca de centrales azucareros, activos o desactivados: no deberían perderse esta exposición. «Isla de azúcar» repasa los hitos de la industria azucarera en Cuba, desde la colonia hasta nuestros días. La muestra se acerca a todas las etapas del proceso: la siembra de la caña, su cuidado, el corte, los trapiches y los ingenios... y de paso, ofrece testimonio de las muchas y muy enfáticas relaciones entre ese ámbito y el entramado nacional.
El azúcar es una cultura. Lo es desde hace siglos... lo seguirá siendo, a pesar del declive que vive ahora mismo su industria. Es imposible contar la historia de Cuba ignorando su impronta. Esa circunstancia se explicita en la exposición, conformada con obras de arte de la propia colección del Museo. Desde grabados y pinturas, pasando por fotografías, carteles y selecciones fílmicas... hasta esculturas e instalaciones, extendiendo la mirada a la literatura y el periodismo sobre el tema. La curaduría, a cargo de Corina Matamoros, respeta una línea cronológica, que se concreta diáfanamente. No hay raptos de dramatismo ni catarsis melodramáticas: puro (e intencionado) recuento, que incita a la reflexión. El azúcar ha sido uno de los puntales del país. Azúcar dulce, azúcar amargo...
Yuris Nórido
(Tomado de CubaSí)