Usted está aquí

2001 - 2013. Volver al público

La reapertura del Museo, en julio de 2001, fue un momento mayor en la historia de la institución y un valioso acontecimiento en el ámbito de la cultura artística.

Después de un prolongado silencio, se devolvía al disfrute y el conocimiento de los diversos públicos, tanto los tesauros largamente atesorados como los cercanamente adquiridos, vigorizados en una nueva proyección museológica; y esta, se llevaba a término en edificaciones recién adaptadas, con la más alta responsabilidad y especialización que se habían alcanzado en nuestras circunstancias.

La nueva conformación curatorial y museográfica había logrado presentar cuatrocientas noventa y cuatro obras más de arte cubano y trescientas noventa y cinco de arte extranjero con relación a las mostradas hasta el año del cierre, para un incremento del 64% de los exponentes en visibilidad permanente, posibilitado por un incremento del 94 % en los metros cuadrados disponibles como áreas de exhibición.

En el edificio de arte cubano aparecía la más espléndida sala sobre Wifredo Lam que existe; los merecidos conjuntos de los maestros de la Vanguardia; los elegantes espacios para las piezas de gabinete; los nuevos núcleos históricos sugeridos por la revisión curatorial; las piezas de los creadores que vivieron en la Isla y de aquellos que decidieron hacer arte fuera de ella; o la irrupción de la nueva vanguardia de los años ochenta.

Todos juntos, sin distinciones que no fueran las que el mejor arte impone, inundaron el edificio de Bellas Artes cuarenta y siete años después que Morey lo hiciera.

El mismo Museo, con los mismos grabados de Laplante o los cuadros de Guillermo Collazo, hermanados ahora en un flujo patrimonial nacido de las producciones simbólicas que tejen lustro tras lustro, entremezclados en el vivir, los creadores, los receptores y la institución arte de cada generación.

Y a dos manzanas de Bellas Artes, el lujoso inmueble del Edificio de Arte Universal se abría como escenario fascinante para la Colección de Arte de la Antigüedad Condes de Lagunillas, o brindaba sus espaciosas galerías a la contundente provisión de arte español, a las conocidas escuelas europeas y al núcleo recién concebido para el arte hemisférico.

Share
El Presidente Fidel Castro durante su visita a las galerías del Museo, 2001
Sede de Arte Cubano, Museo Nacional de Bellas Artes
Sede de Arte Universal, Museo Nacional de Bellas Artes