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Colección de arte contemporáneo internacional en el Museo Nacional de Bellas Artes: Camille Pissarro

Título: 
Colección de arte contemporáneo internacional en el Museo Nacional de Bellas Artes: Camille Pissarro
Fecha: 
2021

NUMERO DE INVENTARIO: 89.814
AUTOR: PISSARRO, CAMILLE
TITULO: ALDEANA
TECNICA: LAPIZ COLOR
SOPORTE: PAPEL
MEDIDAS L X A: 30.00 X 33.00 CM
MEDIDAS D X P: NO ASIGNADO

Jacob Abraham Camille Pissarro, más conocido como Camille Pissarro, nació en Saint Thomas, Islas Vírgenes, el 10 de julio de 1830, y falleció en París, el 13 de noviembre de 1903. Fue un pintor impresionista franco-danés. Considerado como uno de los padres del impresionismo, Pissarro pintó la vida rural francesa, en concreto, los paisajes y las escenas en los que aparecían campesinos trabajando, pero también escenas urbanas en Montmartre. En París tuvo como discípulos a Paul Cézanne, Paul Gauguin, Jean Peské y Henri-Martin Lamotte, así como a su propio hijo Lucien Pissarro y a la pintora impresionista estadounidense Mary Cassatt.
Islas Vírgenes, por aquel entonces era una antigua posesión colonial del reino de Dinamarca en las Antillas, donde sus padres tenían una floreciente empresa de piezas para navíos en el puerto de Carlota Amalia. Era hijo de Abraham Gabriel Pissarro, un judío de origen portugués con nacionalidad francesa y su madre fue la dominicana Rachel Manzano-Pomié, descendiente de españoles. 
Pissarro, que había cursado parte de sus estudios en París desde el año 1843, frecuentaba el colegio de Auguste Savary, en donde aprendió dibujo, acuarela, grabado y técnicas para captar con eficiencia el paisaje al aire libre. Terminados sus estudios en 1847, regresó a Saint Thomas para trabajar y ayudar en el negocio de su padre. Además, en sus ratos libres en la isla se dedica a dibujar, aunque posteriormente abandonaría su hogar debido a la oposición de su familia a su vocación como pintor. A mediados del siglo XIX, en la ciudad de Carlota Amalia, Pissarro tuvo su primer encuentro con el pintor danés Fritz Melbye, quien influiría en el joven artista para que este se dedicara a la pintura. Pronto se unió a él en calidad de ayudante, y a principios de 1850 viajó a La Española junto a su maestro, realizando dibujos y acuarelas de los paisajes de Santo Domingo. Meses más tarde regresaron a Saint Thomas, donde Melbye comenzó a organizar su primer viaje hacia Venezuela, desplazándose hasta Caracas, Maiquetía y los llanos del estado Guárico, en un periplo de aproximadamente año y medio. 
Luego, Fritz Melbye preparó un segundo viaje a Venezuela y esta vez convenció a Pissarro para que lo acompañara y se dedique de lleno a la pintura. En 1852 llegaron Pissarro y su maestro a Venezuela, viviendo entre La Guaira y Caracas hasta 1854, y realizando en ese lapso de dos años una serie de trabajos, observaciones y apuntes con medios ligeros de dibujo como lápiz, carboncillo, acuarela y tinta china. En ellos se aprecian paisajes rurales y urbanos de los alrededores de Caracas, escenas costumbristas y estudios de plantas y flores. En dichos trabajos demuestra espontaneidad y frescura las cuales confirman las habilidades plásticas del autor. De estos trabajos de Pissarro en Venezuela, cerca de un centenar de ellos se exhiben actualmente en la colección del Museo de Bellas Artes de Caracas, 60 en la colección de la Galería de Arte Nacional y unos 40 en la colección del Banco Central de Venezuela. Además, uno de estos trabajos, Bananeros de 1852, sirvió de modelo para una de las estampillas de Ipostel en su hoja filatélica, titulada Banco Central de Venezuela. Colección de Arte.
En 1855 Pissarro se separó de Melbye y se trasladó cerca de París, a la localidad de Passy. Allí asistió a la Escuela de Bellas Artes, de marcado corte académico e influenciada por el estilo de pintores como Eugène Delacroix, Charles-François Daubigny y sobre todo Jean-Auguste-Dominique Ingres, donde quedó marcado por los temas de la vida rural abordados por Jean-François Millet, por lo pintoresco de Gustave Courbet y por la libertad y la poesía de Jean-Baptiste Corot. 
Entre 1859 y 1861, frecuentó diversas academias, entre ellas la del padre Suisse, donde conoce a Claude Monet, Ludovic Piette, Armand Guillaumin y Paul Cézanne. En 1863, Cézanne y Émile Zola visitaron su taller en La Varenne y, en 1865, pasó un periodo en La Roche-Guyon. Expuso en los Salones de 1864 y 1865, donde se presentó como el alumno de Melbye y de Jean-Baptiste Corot. Monet y Pissarro coincidieron en Londres, donde conocieron a Paul Durand-Ruel, que se convirtió a partir de ese momento en el marchante oficial del grupo. Pissarro y Monet hicieron en la capital inglesa estudios de edificios envueltos en nieblas.
De 1868 a 1871 Pissarro vivió en Louveciennes, que estaba en la línea del avance prusiano hacia París, y habiendo los alemanes ocupado su casa, destruyeron todas sus pinturas. Entre tanto Pissarro se había refugiado en Inglaterra, estableciéndose en Londres, en Sydenham, de cuyas cercanías pintó numerosos paisajes. Él y Monet fueron invitados a presentar sus obras en la Real Academia, pero solo como extranjeros distinguidos.
Al volver a Francia, después de una estancia en esa ciudad, participó en el movimiento impresionista. Atraído por la tierra, fue un pintor rústico. Del período llamado de Pontoise (1872-1884, aproximadamente) datan sus mejores obras inspiradas en Monet y Cézanne: La siega en Montfoucault (1876), Los tejados rojos (1877) y Primavera en Pontoise (1877). Durante la Guerra Franco-prusiana, a principios de 1870, volvió a residir en Inglaterra, donde estudió el arte inglés y en especial los paisajes del pintor británico Joseph Mallord William Turner. Conoció a Edouard Manet, James Whistler y Paul Cézanne, algo más tarde, a Claude Monet y Alfred Sisley. De regreso a Francia, entre 1872 y 1874 trabajó con Cézanne en Pontoise. Expuso junto con los impresionistas y su estilo en esta época era bastante tradicional. Se le asocia con la Escuela de Barbizon y se le considera, al igual que a Monet y Alfred Sisley, como uno de los impresionistas puros. Además, fue el único, junto con Berthe Morisot, que participó en las ocho exposiciones del grupo entre 1874 y 1886.
Año tras año, el Salón se negó a exponer sus obras, y junto con otros impresionistas, se decidieron a exponerlas en otro local por su cuenta (1874-1886). Sin embargo, antes de esta decisión algunos de sus paisajes fueron aceptados en los Salones de 1859, 1864, 1865, 1866, 1868, 1869 y 1870. Hasta 1866 pintó con gama sobria, a la manera que prevalecía entre los pintores influidos por Corot y Courbet. Sus obras de esta época de verdes austeros y grises sombríos constituyen lo que podría llamarse su manera negra. Su ascensión progresiva hacia la plena luz y yuxtaposición brusca de colores la debió a la influencia de Manet. Desde 1880 comenzó a experimentar con el puntillismo y produjo escenas rurales de ríos y paisajes, así como escenas callejeras de París, como por ejemplo La calle Saint-Honoré después del mediodía, de 1897, en el Museo Thyssen-Bornemisza de Madrid, en La Haya y Londres.
En esta época se comunicó frecuentemente con Vignon y Cézanne, trabajando junto a ellos, y adquiriendo un colorido esplendente, sugerido por el de Cézanne. Establecido en Pontoise, donde vivió de 1872 a 1882, cesó de enviar obras al Salón y, en cambio, expuso en todas las exhibiciones de independientes, ayudando activamente a la manifestación del impresionismo. En 1883 se estableció en Eragny-Razincourt, y habiendo enfermado de la vista y no pudiendo soportar la intemperie, trasladó su residencia en Ruán, dedicándose a la pintura de escenas urbanas, interiores domésticos y otros asuntos semejantes, y pasando luego a París, donde aumentó su ya gran producción con admirables vistas de la gran ciudad. Agobiado por una numerosa familia, Pissarro sufrió constante penuria, lo que le obliga por momentos a hacer trabajos de ocasión. En 1895, un empeoramiento de la enfermedad ocular que padecía le obligó a pintar paisajes urbanos de París desde la ventana: Avenida de la Ópera, Jardín de las Tullerías y Efecto de nieve. La obra de Pissarro, que abarca todos los géneros, está representada en el Museo de Orsay de París y en casi todos los museos de arte moderno del mundo. 
Fue el pintor de la naturaleza agreste y de la vida rústica. Nunca buscó motivos raros ni horizontes excepcionales, ni embelleció las cosas. Trabajó mucho el óleo, la aguada, el aguafuerte y la litografía. De sus obras, merecen mención especial: Paisaje de Montmorency, Orillas del Marne, Ruta de Cachalas a la Roche Guyon, Otoño, La carretera de Louveciennes, Orillas del Oise, Sendero a través de los campos, La recolección de manzanas, Vista de Ruán… Está representado en la Sala Caillebotte de Luxemburgo y en casi todas las colecciones de pintura impresionista. Varias de sus mejores obras están en la Colección Durand-Ruel, de París.
Se ha afirmado que Camille Pissarro fue uno de los auténticos impresionistas, el que demostró más inquietudes y fue, sin duda, uno de los maestros más dotados con los que contó aquella escuela. Fue un espíritu lleno de inquietudes. Quizás su universal curiosidad, como su humanitarismo, las debiera a su raza hebrea. 
Desde 1880 sus paisajes rústicos tendieron a poblarse de figuras y acabó pintando, durante unos años, escenas con personajes campesinos, dando una nueva visión pictórica de esos temas, muy sugerentes. En tales pinturas (en general de tonalidades terrosas o agrisadas), a fin de realzar los efectos luminosos, empleó pinceladas vermiculares (en forma de coma) dadas diagonalmente, y acentuando todavía los efectos del colorido mediante la diseminación, en el fondo del lienzo, de otras manchas y pinceladas breves que se entrecruzan. Esta técnica, ya en cierto modo afín a la del divisionismo, le condujo, cuando trató a Signac y Seurat en 1885, a adherirse momentáneamente a la joven escuela puntillista. Poco duraría esa etapa. Pero en 1890 abandonó el puntillismo por su antigua pintura impresionista. La exposición que de sus obras se celebró en la Galería Durand-Ruel, en 1892, le abrió definitivamente las puertas del éxito, y al año siguiente empezaba a pintar sus series de vistas de París. Instalaba en el balcón de algún piso alto su caballete, y así obtenía aquellas intensas evocaciones callejeras, a veces perspectivas de avenidas, con los ómnibus y el gentío, o aspectos de los puentes y las vistas del Sena. Hasta su muerte, alternó la pintura de estos aspectos urbanos con la de sus antiguos motivos rurales, especialmente huertos y frutales en flor. 
Se destaca la relación de su pintura con sus convicciones políticas. Su tema principal fue el paisaje, muchas veces con figuras campesinas, aparte de una secuencia de paisajes urbanos de Rouen y París que comenzó en 1896. Sus temas campesinos reflejaban sus ideas anarquistas. Pissarro estaba convencido de que el futuro de la sociedad estaba en la descentralización y en un regreso a la tierra. Varios de los miembros del grupo neo impresionista que se formó a fines de la década de 1880 eran también anarquistas, entre ellos Paul Signac y Maximilien Luce.
Sin lugar a dudas, con él murió uno de los grandes pintores impresionistas, mientras su obra, una de las más nobles y dignas de la historia del arte, permanece siempre llena de vida. Contamos en nuestro Museo, con una linda obra de Pissarro, Plaza de la República de Rouen, una calcografía sobre papel.

Por Margarita González Lorente
Curadora

 

 

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