Elisa Visino Rolthal

Elisa Visino Rolthal es la segunda mujer que se incorpora a la enseñanza artística en 1879, cuando la Academia de San Alejandro bajo la dirección del cubano Miguel Melero, acepta la presencia femenina en sus claustros. 
Los documentos conservados en los archivos de esta institución son, escasamente, la única fuente para conocer a esta pintora que, cuando comienza el aprendizaje de Dibujo elemental en septiembre de 1879, tiene cumplidos los 27 años de edad. Este dato permitiría situar su nacimiento hacia 1852, en La Habana, ciudad de la que es “natural”. Sus calificaciones fueron sobresalientes en todas las materias: para el período lectivo 1881-1882, es nominada Alumna Eminente de San Alejandro, según indican las actas celosamente registradas por Antonio Herrera Montalván; y así se prolongan hasta el curso 1885-1886, cuando se le expide certificado de culminación de estudios, que pocos estudiantes alcanzaban. 
Hasta hace dos años, solo parecía conservarse de Elisa Visino un cuadro recién atribuido en la colección del Museo Nacional de Bellas Artes, luego de una restauración que descubrió la firma de esta artista prácticamente desconocida. Su tema –la maternidad–, expresado en la ternura y languidez expresiva con que la madre contempla su niño dormido cual Madonna, coincidía con la única obra de la autora que fuera publicada en la revista Cuba y América. Sin embargo, esta documentación visual recogida con motivo del evento teórico que acompañó a la exposición Bicentenario de San Alejandro 1818-2018. Tradición y contemporaneidad, permitió identificar en 2020 una segunda pieza que, desde hacía más de cuatro décadas, permanecía en la colección bajo la autoría de Miguel Ángel Melero.
Otro dato significativo, que abre toda una línea de indagación futura sobre esta figura ignorada, lo aporta el periódico El Demócrata, que en 1883 cuando reporta los premios concedidos a los alumnos, felicita a “la distinguida escritora Srta. Visino” por la Medalla de Oro alcanzada. ¿Dónde se publicaron entonces, sus textos escritos? ¿Algún seudónimo masculino esconde su literatura hasta hoy, como una suerte de Brontë tropical? Según afirma Dn. Antonio Rodríguez Morey, en su Diccionario de Artistas Plásticos de Cuba: “Muchos años después de su muerte su maestro, don Miguel Melero, hablaba de ella con gran elogio, sintiendo siempre su prematura desaparición”. Teniendo en cuenta que el último registro documental localizado está fechado en 1886; y que cuando ve la luz un artículo escrito por Adriana Billini sobre la mujer y las artes en Cuba en 1900, ya la Visino había fallecido, tres lustros de documentos deberán ser sometidos a búsqueda exhaustiva, antes de poder ofrecer una fecha certera que marque su muerte. 
Por ahora, las interrogantes sobrepasan a las certezas, pero dos lienzos de Elisa Visino comienzan a iluminar el estudio de esta mujer pionera y auténticamente cubana.