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Interior con figuras
Israëls, Joseph (Groninga, 1824- La Haya, 1911)
Interior con figuras
óleo/cartón/madera; 22 x 14 cm
Sin firma
Pintor neerlandés de padres judíos. Inició estudios en la academia de Groninga. En Ámsterdam fue alumno de Jan Kruseman y de Jan Willem Pineman. Entre 1845-47 trabajó en París en el taller de Francois-Edouard Picot. En este período visitó Düsseldorf, el hogar de los románticos alemanes. Luego regresó a Ámsterdam, y más tarde a se marcha a La Haya, integrando la conocida Escuela de La Haya.
Sus inicios ocurrieron dentro del estilo romántico, con temas históricos y dramáticos, pero su convalecencia en el pueblo pesquero de Zandvoort (1855-56) le permitió conocer la dura vida de necesidades de los pescadores y gentes de pueblo. A partir de ese momento, la difícil vida cotidiana de tales personajes se convirtió en el tema fundamental de sus pinturas, representado - siempre con una visión realista y emotiva- metáforas de temas tales como la muerte, la soledad, etc. Al inicio pintaba directamente en las aldeas de pescadores y sus chozas. Luego comenzó a hacerlo en su estudio.
Fue ganador del Salón de Bruselas en 1858, y tuvo éxito también en Londres y París, donde ganó dos medallas de honor en la Exposición Universal de París de 1900. Su hijo Isaac Israëls también fue un pintor destacado.
Conocido como el Rembrandt del siglo XIX, Israëls, al igual que los antiguos maestros de la Edad de Oro, quiso retratar el sufrimiento de los humildes. Pretendía igualar a Rembrandt, sobre todo en el estilo pictórico, razón por la cual utilizaba una paleta de impasto.
Esta obra, sin firma y sin fecha, presenta a una mujer joven, ocupada en una labor manual, sentada a una mesa. A su lado, una niña observa atentamente. La indumentaria que llevan, los muebles en la escena y la ausencia total de elementos decorativos en la pared al fondo, nos hablan de la pertenencia de esta familia a las capas bajas de la sociedad.
Una atmósfera tranquila, lograda a través del uso emotivo de la luz y colores terrosos, preside la escena, representada esta vez en un cartón de pequeñas dimensiones. La pincelada es amplia y gruesa es la capa de pintura, que aplica con trazos libres y nerviosos. Este modo de pintar provoca que la imagen aparezca un poco descompuesta en la cercanía, mientras al alejarnos se compone la escena con claridad. La luz, que hace entrar desde la izquierda, probablemente a través de una ventana, matiza la escena con esa tonalidad grisácea que fue tan característica de la pintura de los artistas de la Escuela de La Haya.
Joseph Israëls. Envejeciendo. ca. 1883
óleo/tela; 160 x 101 cm.
Kunstmuseum Den Haag
Joseph Israëls.
Campesinos a la mesa. ca. 1882
óleo/tela; 71 x 105;
Van Gogh Museum, Amsterdam
Por Oscar Antuña, curador de las Colecciones de Flandes, Holanda y Alemania del MNBA.
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