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La mascarilla fúnebre de Felipe Poey

Título: 
La mascarilla fúnebre de Felipe Poey
Fecha: 
2021

El uso de la máscara mortuoria o funeraria no fue frecuente en Cuba hasta el siglo XIX cuando, quizás bajo el influjo de la célebre mascarilla del emperador Napoleón Bonaparte –traída a la Isla por su último médico François Antommarchi en 1837–, vemos aparecer una tradición que conservó el rostro de grandes fundadores de nuestra nacionalidad y próceres de la independencia, hasta el primer cuarto del siglo XX.

El naturalista Don Felipe Poey y Aloy (La Habana, 26 de mayo de 1799 – 28 de enero de 1891) fue, sin dudas, uno de los más destacados científicos cubanos del siglo XIX. Alumno del Pbro. Félix Varela en el Seminario San Carlos y San Ambrosio, fue muy conocido por sus colecciones botánicas, zoológicas y paleontológicas, que le llevaron a promover y fundar en 1839 el Museo de Historia Natural bajo el auspicio de la Real Sociedad Patriótica de La Habana. A esta institución le dedicó una década de trabajo. Posteriormente, bajo la arrolladora ejecutoria de Francisco Camilo Cuyás frente a la Sección de Historia, Ciencias y Bellas Artes de la Sociedad Económica, se consiguió el cierre del Museo de Poey en 1849 y la cesión de sus fondos a la Universidad de la Habana. No obstante, a la ilustrada labor del científico se agradecen varias de las investigaciones y Memorias de la corporación habanera; así como su colosal Ictiología cubana en veinte volúmenes, entre otras numerosas publicaciones del sabio cubano.

La mascarilla fúnebre de Felipe Poey, tomada por Miguel Melero en el momento de su muerte en 1891, se obtuvo por los métodos tradicionales aplicando una gruesa capa de grasa sobre el rostro del difunto, que permitía entonces obtener un “negativo” en yeso. De este molde se vertía después un positivo como el que poseyó la colección del Museo Nacional, donde aún se puede observar la prevalencia del agente graso empleado en el proceso que ha penetrado el soporte de yeso, provocando diferencias en la coloración del material. Esta reliquia luctuosa fue donada en el año 1912 por Enrique Poey, descendiente del naturalista; y fue una de las piezas fundacionales de la colección, acompañado por un retrato al óleo debido al pincel de Miguel Melero que, junto a otros objetos relacionados al científico, robustecieron su presencia en la Sección de Cubanos Eminentes organizada por Heredia en 1913. Aunque la mascarilla fue cedida al Museo Nacional de Historia Natural de Cuba de la Oficina del Historiador de la Ciudad, como homenaje al iniciador de la idea de esta tipología de instituciones en Cuba; se exhibió como préstamo temporal en la exposición El Museo Nacional de Cuba. Orígenes de la Colección (1913-1963) como parte de las celebraciones por el centenario del Museo Nacional de Bellas Artes, en el año 2013.

Mascarilla mortuoria de Don Felipe Poey
Miguel Melero y Rodríguez (La Habana, 1836-1907)
Vaciado sobre yeso y papel; 24.5 x 14.8 x 10 cm
Colección Museo Nacional de Historia Natural de Cuba

Retrato de Don Felipe Poey
Miguel Melero y Rodríguez (La Habana, 1836-1907)
Óleo sobre madera; 33 x 28 cm
Colección Museo Nacional de Bellas Artes

Vista parcial de la Sección de Historia Patria en la exposición El Museo Nacional de Cuba. Orígenes de la Colección (1913-1963), donde se observan ambas realizaciones de Miguel Melero mostradas de forma contigua.

 

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Imagenes: 
Retrato de Don Felipe Poey Miguel Melero y Rodríguez (La Habana, 1836-1907) Óleo sobre madera; 33 x 28 cm Colección Museo Nacional de Bellas Artes
Vista parcial de la Sección de Historia Patria en la exposición El Museo Nacional de Cuba. Orígenes de la Colección (1913-1963), donde se observan ambas realizaciones de Miguel Melero mostradas de forma contigua.
Mascarilla mortuoria de Don Felipe Poey Miguel Melero y Rodríguez (La Habana, 1836-1907) Vaciado sobre yeso y papel; 24.5 x 14.8 x 10 cm Colección Museo Nacional de Historia Natural de Cuba