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Retrato de Carlos J. Finlay

Título: 
Retrato de Carlos J. Finlay

Miguel Ángel Tariche(La Habana, 1880 – 1955)

Retrato de Carlos J.Finlay

Óleo sobre tela; 80,5 x 60.5 cm

El proyecto cultural de la generación del entresiglos XIX al XX, se vale de las Bellas Artes, la Historia, las Letras y los Museos, como vitrina expositora de logros político-militares, artísticos, científicos, educativos y de pensamiento que marcaban la mayoría de edad de un grupo humano, que había fomentado un ideal de futuro posible, concretado con la República como forma jurídica de la nación. El nuevo espacio simbólico de los museos que se instauran en Cuba finalizada la guerra en 1898, extrapola a las colecciones no pocos intereses forjados a la luz de un modelo independentista. Por tanto, las colecciones institucionales que se forman tienen una intención de discurso nacionalista, de reelaboración histórica, que hacen patente la utilización de los artefactos en la ilustración y elaboración de significados, como medios para un fin.

Orgullo de la nación, los logros de científicos como Finlay debían transitar por una larga historia de lucha que se antepuso al indiscutible reconocimiento de sus postulados. El Dr. Finlay expuso por primera vez su teoría sobre la transmisión de la fiebre amarilla por un agente intermediario, durante la 5ta Sesión de la Conferencia Sanitaria Internacionalcelebrada en los Estados Unidos, en febrero de 1881, recibiendo una acogida indiferente quizás por tratarse del representante de una colonia. El 14 de agosto de ese mismo año, presentó a la Real Academia de Ciencias y Físicas Naturales de La Habana, un estudio ampliado que demostraba su hipótesis, y sus recomendaciones acerca del control del mosquito contribuyeron notablemente al control de una enfermedad endémica.

Muestra de la confianza en la ciencia cubana, y en defensa de la estimación de lo propio sobre lo ajeno, los donativos que recibió el Museo Nacional en sus años de formación y fundación atestiguan esa dignificación de la autosuficiencia nacional; enfatizando la plena capacidad del pueblo cubano para gobernar sus destinos. En este sentido, la cesión de este retrato al óleo de Carlos J. Finlay, ejecutado por el pintor Miguel Ángel Tariche, y del primer ejemplar de las obras del científico editado por la Secretaría de Sanidad que es la institución que transfiere ambos objetos, respondía a una convocatoria estatal emitida en la Gaceta Oficial mediante el Decreto presidencial Nº 218 de 1912, donde se solicitaba a todos los órganos y dependencias del Estado, una relación completa de los objetos o documentos de valor histórico patrio que conservan, y que fueran adecuados para el Museo Nacional.

Tariche, graduado de San Alejandro, se había destacado desde joven en la confección de mapas y en el retrato; y sus habilidades le ganaron un puesto en Sanidad, para el que fue nombrado el 2 de octubre de 1900. Probablemente el Retrato de Carlos J. Finlay formó parte del conjunto de pinturas que ejecutó para la Galería de la Junta Nacional de Salubridad, y la desagregación del óleo para que figurara en la naciente colección museal respondió al valor simbólico e histórico atribuido al sabio cubano, por sus contemporáneos.La obra se exhibió en la exposición El Museo Nacional de Cuba. Orígenes de la Colección (1913-1963) durante las celebraciones por el Centenario del Museo Nacional de Bellas Artes en el año 2013; en compañía del auténtico microscopio que perteneció al descubridor del modo de transmisión de la fiebre amarilla.

 

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