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Adriana Billini
ADRIANA BILLINI GAUTREAU (República Dominicana, 11 de marzo de 1865-La Habana, 19 de enero, 1946)
En el curso 1881-82 ingresa a San Alejandro Adriana Billini Gautreau, quien estuvo llamada a asumir un rol iniciático para las artistas mujeres de su generación, y fue quizá, una de las más raigales feministas de su tiempo. Su vínculo con la escuela es prolongado y perfecciona la larga escala de saberes que ofrecía la Academia en el ramo de la pintura, dedicando los últimos años de aprendizaje al paisaje, para concluir en 1894. Al año siguiente, El Fígaro la exaltaba entre las mujeres más destacadas de las artes en Cuba, publicando entre otras piezas de esta artista su cuadro “El mambí”, que recreaba la recia figura de un explorador de las tropas insurrectas y revelaba la abierta postura de intereses en esta fémina, estando el país inmerso en una guerra indetenible. Dedicada al retrato, al paisaje y al tema religioso, Adriana Billini establece un método propio de enseñanza del dibujo y la pintura, que pone en práctica en una Academia particular que establece en 1898 y que le valdrá una Medalla de Plata en la Exposición Universal de Búfalo de 1904.Por ser dominicana de nacimiento, debió obtener la ciudadanía cubana en los inicios de la República siguiendo sus inclinaciones hacia la tierra que la acogió y formó; pero también, para obtener el derecho a ganar su sustento en la Isla como aspirante a un puesto del Estado.
En el Cambio de Siglo XIX al XX, se constata la sistematicidad con que aumentan las matrículas femeninas a San Alejandro, que logran justamente en el curso 1899-1900 superar el número de varones en la Academia, perfilando la perentoria necesidad de la entrada de la mujer al personal docente de la Escuela. La preeminente presencia femenina, tendrá como consecuencia que en el último año de vida de Melero, el claustro de San Alejandro admita a la primera profesora que enseña en sus aulas: Adriana Billini. No será una incorporación fácil: varias serán las reclamaciones que deberá dirigir al Secretario Interino de Instrucción Pública, Lincoln de Zayas para que su nombramiento, expedido por el Gobernador Provisional Charles E. Magoon, sea reconocido. Adriana Billini venía a resolver la separación de los géneros dentro de la enseñanza elemental de la escuela, donde se concentraba la mayor cantidad de muchachas matriculadas; quedando para Ricardo de la Torriente la instrucción de los varones en Dibujo Elemental.
Su nombramiento despertó un altibajo de opiniones en el propio Melero, emplazado por el profesorado masculino. Emitido el 27 de noviembre de 1906, fue acatado por Melero en un comunicado al Secretario Interino de Instrucción Público librado el 17 de diciembre del propio año. Pero unos días después, el 20 de diciembre, Lincoln de Zayas increpa a Melero con el reclamo:
“Sírvase Vd. contestar sin dilación con qué derecho ha incluido Vd. a la Srta. Adriana Billini entre los Catedráticos de esa institución, cuando aún no ha comunicado Vd. a este Centro la toma de posesión de dicha Srta. Billini”
Paradójicamente, en lugar de referir al reciente Comunicado dirigido a esa instancia, el director responde a Lincoln de Zayas:
“En cumplimiento a lo dispuesto por Vd. con fecha 20 para que se rehaga la nómina, no incluyendo en ella la Srta. Billini, ya lo he ordenado a la Secretaría”
En estos vaivenes burocráticos, Adriana Billini debió enfrentar la demanda iniciada por Manuel Bonifacio Posada ante el Secretario de Instrucción Pública, para establecer una Cátedra de Dibujo Decorativo y Mural, que debía crearse con el presupuesto que entonces pagaba su puesto de trabajo. Aunque finalmente, la situación queda zanjada para inicios de 1907, la carta de Melero fechada el 14 de marzo la llama “maestra” cuando el denominativo utilizado para los catedráticos de San Alejandro era el de “profesor”. Las palabras de la Billini tres años después, pueden ilustrar mejor que nada, la reacción interna que debió enfrentar:
“ …cuál es mi situación legal en la susodicha Academia; pues mientras considero que mis deberes y por consiguiente mis facultades, son las mismas que las de los otros Maestros, parece que hay quien entiende que no formo parte oficialmente del cuerpo de profesores y que por condición de mujer o por otros motivos que no alcanzo a comprender, estoy sujeta a una que pudiéramos llamar capitis-deminutio… “ (Carta a Mario García Kohly, 14 de junio de 1910).
La Billini, con su pelo blanco y sus ojos verdes que muestran en el sepia de las fotos una firmeza inconmovible, labrará implacable el terreno para sus colegas de género. Poco a poco, la mujer hallará su lugar en el plantel y, con los años, llegarán a ser numerosas las féminas que enseñen en sus aulas
MSc. Delia Ma. López Campistrous. Fragmento del texto: “La mujer y la enseñanza artística en Cuba”, en Memorias del Coloquio San Alejandro: tradición y contemporaneidad de la enseñanza artística en Cuba. MNBA, La Habana, 2019, pp.35-45l
Todas las citas anteriores se pueden consultar en: Expedientes de Profesores. Adriana Billini y Gautreau. 1906-1946. Archivo San Alejandro.
Texto: Curadora Delia Ma. López Campistrous
Claustro y estudiantes de San Alejandro, va. 1910-15
Estudiantes de San Alejandro, va. 1910-15