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Escuela altoperuana (siglo XVIII, María Reina
La literatura inspirativa María Reina es implícita, asociándose como una imagen que refiere a la Virgen ya coronada como Reina del Cielo y de la Tierra. A partir del siglo V, en el mismo período en que el concilio de Éfeso la proclama Madre de Dios, se empieza a considerar a María como Reina. Luego, el título es proclamado por Papa Pío XII en 1954, como una de las Verdades Fundamentales Marianas.
La imagen de la Virgen es concebida con un carácter estático. Se caracteriza por un rechazo a la perspectiva, al claroscuro, a los juegos de luces y al realismo. Es hierática, su rostro es sencillo, arcaico y poco expresivo, bordeado por el cabello, que se desplaza a lo largo de la espalda, mientras las manos, reposan unidas junto al pecho. En su vestuario predomina el decorativismo. Lleva un traje rojo, con un ceñidor en la cintura, y un manto tipo alcuza, adornado con flores blancas y rojas. Al que se le han incorporado además pequeños cuadrados blancos, sobre los que se superponen finas láminas doradas. El vestido posee una atrayente lucidez, la pechera está engalanada con encajes de motivos curvos, rítmicos, que unen las mangas con el cuello, en este último se aprecia la habilidad de la pincelada y la ligereza del trazo, así como cierta tendencia miniaturista.
El equilibrio compositivo de esta obra, se consigue al colocar a la Virgen como figura central y, a ambos lados, representar algunos símbolos de la letanía lauretana: la escalera de Jacob, que expresa el papel mediador de María en la salvación; el pozo de sabiduría y la fuente, símbolos acuáticos de la virginidad de la Virgen. Se le suman, además, la azucena y la rosa, la primera como símbolo de pureza y la segunda, de la caridad y la maternidad.
Como elemento curioso, se aprecia que, alrededor de la cabeza de la Virgen, se encuentran catorce estrellas, y no las doce características de las representaciones iconográficas marianas, lo que constituye una variación del canon, ya referido, establecido por Francisco Pacheco para las representaciones de María Reina.
María Reina es una de las obras más interesantes de la Sala de Arte Latinoamericano. Reúne en sí misma todas las características formales y representativas de la poética andina. A la vez, muestra una iconografía mariana poco frecuente y de profundo valor simbólico, la Virgen María, como Reina del Cielo y de la Tierra.
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