Usted está aquí
Manuel Vega, Caravana de ciegos, 1919
En 1919 Manuel Vega regresa a Cuba procedente de Europa y realiza una exposición personal en la Asociación de Pintores y Escultores que resulta polémica. Llama la atención de la crítica la pluralidad de lenguajes, desde el tenebrismo italiano finisecular, pasando por estudios de concepción realista hasta experimentaciones más novedosas –de cierta influencia simbolista–, diversidad caracterizadora de nuestra plástica, pero que entonces no se recibe de manera positiva. Para algunos, al ofrecer sin rubores poéticas tradicionalmente opuestas o en conflicto, las obras de Vega resultan una amalgama difícil de descifrar. Para otros, el joven creador está en sintonía con las nuevas tendencias del arte moderno, por entonces entre el idealismo, el simbolismo y el realismo.
Caravana de ciegos articula con la vertiente más tradicional, en la cual se aprecia cómo el artista capta admirablemente y con una técnica insuperable el patetismo decimonónico. Con acertados recursos y una discreta gama cromática, enriquecida únicamente por los valores de la luz, Vega logra una obra sólida, de gran formato, estimada como genuina expresión de los ideales artísticos y las búsquedas de los creadores de la primera mitad del siglo XX. (E.C.V.)
- 3141 lecturas