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Marcelo Pogolotti, Paisaje cubano, 1933
Después de experimentar con el mecanicismo, la abstracción, el futurismo y el surrealismo, Pogolotti otorga un giro importante a su obra encauzándose hacia una pintura de carácter claramente social. Uno de los primeros óleos de esa nueva orientación es Paisaje cubano en el cual el pintor no solo alude a circunstancias cubanas específicas sino que incluye a la Isla en el contexto de las contradicciones del mundo contemporáneo. No rehuye el tono propagandístico, incluso panfletario, para la comunicación de su idea. Una sencilla estructura narrativa, a la manera de ciertas representaciones medievales con escenas simultáneas, es suficiente para crear una especie de fresco histórico, un severo “paisaje social” bien alejado de las imágenes idealizadas o exóticas de la Isla. (R.V.D.)
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