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La presencia de Elisa Visino en el Centro de Información “Antonio Rodríguez Morey”

Título: 
La presencia de Elisa Visino en el Centro de Información “Antonio Rodríguez Morey”
Editora-redactora
Fecha: 
2022

Elisa Visino (La Habana, 1852 -¿?)
Madre con su hijo, 1881
Óleo sobre tela; 100 x 75 cm

Elisa Visino y Xenes de Rothal fue la segunda mujer que matriculó en la Academia de San Alejandro, cuando esta institución permitió la entrada de féminas a sus aulas  en las últimas décadas del siglo XIX. Existen pocas referencias sobre ella en el Centro de Información, por ejemplo en Memorias del coloquio San Alejandro: tradición y contemporaneidad de la enseñanza artística en Cuba, la MSc. Delia Ma. López Campistrous, curadora del Museo Nacional de Bellas Artes (MNBA), habla de ella en su intervención “La mujer y la enseñanza artística en Cuba”. En sus palabras, la autora resalta las magníficas notas que alcanzó Elisa durante su estancia en la Academia. Además, señala que de esta pintora solo “parece conservarse un cuadro recién atribuido” que forma parte de la colección del MNBA.

Al tratar sobre la figura de Elisa Visino, Delia López cita un pasaje de la entrada dedicada a esta creadora que se encuentra en el Diccionario de artistas plásticos de Cuba, escrito por Antonio Rodríguez Morey. En este libro aparece como Elisa Vicino, pues en la época republicana se estandarizó esa grafía en su nombre, pero varios documentos y la firma de la propia Elisa confirman que la forma correcta de escribir su apellido es con s.

Para que todos puedan conocer este texto del Diccionario, reproducimos las palabras de Rodríguez Morey. Espero que las disfruten:

VICINO, ELISA

Fue esta pintora una de las primeras alumnas que se matricularon en la Academia de San Alejandro, cuando su Director, el notable Maestro Miguel Melero, anticipándose a Francia, abrió las puertas de la Academia a la mujer en el año 1879. En el año 1882 fue nombrada Alumna Eminente de San Alejandro.

La Vicino (sic) que unía a su vocación y amor al arte, una constancia inquebrantable llegó a tal grado en la pintura que si la muerte no la hubiera arrebatado, hubiera llegado a ser gloria de la pintura cubana, dado a que poseía un gran temperamento artístico.

Muchos años después de su muerte su maestro, don Miguel Melero, hablaba de ella con gran elogio, sintiendo siempre su prematura desaparición.

No existen noticias del paradero de sus obras.

(Rodríguez Morey, 2020, t. 2, p. 239)

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