La presencia de Rita Longa en el Centro de Información “Antonio Rodríguez Morey”

Rita Longa Aróstegui, Premio Nacional de Artes Plásticas 1995, es una de las figuras cimeras de la escultura en Cuba. Nació en La Habana, en 1912, y falleció en esta misma ciudad, en el año 2000. Es la autora de representativas esculturas a lo largo de todo el país, como la Virgen del Camino, el famoso Grupo familiar del Parque Zoológico de La Habana, la emblemática Ballerina del cabaret Tropicana, el grupo escultórico Aldea taína emplazado en el Centro Turístico Guamá, La fuente de las Antillas ubicada en Las Tunas, El gallo de Morón, entre otros.

En el Centro de Información es posible consultar varios documentos con referencias a su vida y obra. Por ejemplo, en el Diccionario de artistas plásticos de Cuba, escrito por Antonio Rodríguez Morey, existe una entrada dedicada a su figura. En esas páginas, el autor realiza un resumen de su trayectoria artística hasta finales de la década del cincuenta. En la última edición de este libro se agregó la información de su fallecimiento, pero de todos modos existe un vacío dada la cantidad de años que transcurrieron desde la redacción del Diccionario y la incomparable actividad creadora de Rita.

Estas carencias se pueden suplir con otro de los ejemplares de Centro: el número 17 de la colección de libros Espiral. Publicado por el Consejo Nacional de Artes Plásticas, en el año 2013, este monográfico cuenta con ensayos sobre la figura de Rita Longa, un dossier de obras más relevantes de la artista organizadas por la fecha de realización, una bibliografía actualizada y una cronología que posibilita un mejor conocimiento al respecto de sus estudios, exposiciones, creaciones y premios.

El primero de los escritos de este volumen es “Desde el jardín” de Emma Álvarez-Tabío, donde el lector se puede acercar a la particular visión de la nieta de la creadora. El otro artículo es “Las manos de Rita”, que fue redactado por la catedrática María de los Ángeles Pereira. Ella, al inicio del texto, apunta:

Para quienes tuvimos el privilegio de conocer a Rita Longa evocar su figura es, indefectiblemente, recordar sus manos. Nervudas, inquietas, laboriosas, apurando un sinfín de ideas dentro del enorme amasijo de barro, las manos de la escultora parecían resumir la majestuosidad de su estatura y la reciedumbre ejemplar de su carácter. Su obra abarcó dos tercios de la centuria pasada; para el pueblo, que desde siempre fuera su principal destinatario, Rita más que la escultora, es la escultura cubana.

Asimismo, resulta importante señalar que, en el Museo Nacional de Bellas Artes, La Habana, Cuba. Catálogo de arte cubano, editado en el 2013 por los cien años de la institución, aparece un análisis de su pieza Figura trunca escrito, también, por la historiadora del arte María de los Ángeles Pereira.

Como se puede apreciar, en el Centro de Información es posible encontrar datos interesantes sobre la vida y obra de Rita Longa. Espero que no dejen pasar la oportunidad de aprender más sobre esta imprescindible de las artes plásticas cubanas.