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Mario Carreño
MARIO CARREÑO (La Habana, 1913-Santiago
De Chile, 1999)
En 1932 viaja a España y trabaja en el taller gráfico Marciega, de propaganda comercial. Ilustra la revista Octubre que dirige Rafael Alberti, hace carteles revolucionarios y pinta temas de corte social. Toma clases de dibujo en la Academia de San Fernando.
Regresa a Cuba en 1935 y expone en el Lyceum de La Habana algunas de sus más fuertes impresiones sobre España. Un año después viaja a México. El encuentro con el pintor dominicano Jaime Colson es decisivo en una nueva orientación de su pintura y en muchas de las sucesivas variaciones que sufrirá su obra. Viaja a París, donde comparte de nuevo experiencias con Colson. Las escuelas prerrenacentistas florentina y veneciana le roban su atención. Estudia la gran pintura clásica en el Louvre.
Muestra una mayor concentración en la ejecución de la figura humana. Ingresa en la Escuela de Artes Aplicadas. Al estallar la guerra en 1939 parte hacia la Costa Azul e Italia; Florencia y Nápoles. Conoce la Galería de los Oficios y Pompeya. Su neoclasicismo se enriquece, proceso que se hará evidente en su plástica y un poco más tarde en su crítica de arte. En 1940 se traslada a Estados Unidos Allí visita el Museo Metropolitano, el Museo de Arte Moderno (MOMA) y la Frick Collection.
Regresa a Cuba en 1941 y al año siguiente exhibe en el Lyceum habanero. Esta exposición da a conocer en el país la madurez de su plástica. La selección incluye el óleo Ciclón, más tarde adquirido por el Museo de Arte Moderno de Nueva York. Más tarde retoma el duco, interesado en dominarlo a plenitud, para lo cual contacta con David Alfaro Siqueiros. Junto a su esposa funda la Galería del Prado, dedicada a la promoción del arte en Cuba. Viaja nuevamente a Estados Unidos y participa en varias exposiciones muy importantes: en el Museo de Arte de San Francisco, California, y en el Museo de Arte Moderno de Nueva York. Una muestra personal de sus obras se presenta en la Perls Galleries de Nueva York. En 1946 es nombrado profesor de pintura en The New School for Social
Research de esa ciudad, donde decora al fresco algunos de sus muros. Trabaja como ilustrador para la revista Norte. En 1949 viaja por primera vez a Chile. Expone en Santiago tintas, gouaches y dibujos. A fines de ese año publica en la capital chilena el cuaderno Antillanas. Sus obras se exhiben nuevamente en la Perls Galleries de Nueva York y en el Lyceum de La Habana; además en el Museo de Arte Moderno de París y en la I Bienal de Sao Paulo, Brasil.
A partir de 1952 participa en numerosas exposiciones colectivas en las que se observa la fuerza que va adquiriendo la representación abstracta en su pintura. En 1953 es incluido en la compilación Pintores Hispanoamericanos Contemporáneos. Además, participa en la II Bienal de Sao Paulo.
Miembro de la Junta de Asesores del Instituto Nacional de Cultura, en 1957 realiza una exposición personal en el Palacio de Bellas Artes de La Habana. A partir de ese año radica en Chile, donde continúa su importante obra pictórica.