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Sala Arte contemporáneo (1967 -1981)

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  • Nivel 2. Salas Expositivas y vías de acceso
Sala Arte contemporáneo (1967 -1981)

Sala Arte contemporáneo (1967 -1981)

Ubicación: 
Nivel 2. Edificio Arte Cubano

El discurso museológico de esta sala presenta conjuntos pictóricos que coexisten y se interrelacionan entre sí. Sirve como escenario a diferentes posturas y miradas de las nuevas propuestas artísticas que coexisten en un sistema dinámico dentro del panorama plástico cubano. El recorrido se organiza cronológicamente y por autores, a partir de agrupamientos estilísticos dentro de cada disciplina y se articula como un amplio repertorio de búsquedas temáticas dentro de un sistema visual con imágenes inéditas. Comprende la producción artística desde finales de los 60 hasta las obras más recientes de los artistas seleccionados, según el nivel de incidencia de su obra, de acuerdo con la proyección de las poéticas individualizadas. Abarca las primeras promociones de la Escuela Nacional de Arte (ENA) a partir de 1967, así como el resto de los autores graduados de la Escuela San Alejandro o artistas autodidactas destacados en esta etapa. Están presentes piezas que explicitan las diferentes tendencias artísticas del período: las abstracciones líricas de Raúl Santos Zerpa (Santoserpa); la visión surrealista del universo cósmico de Mario Gallardo; el estilo muy propio de José Masiques dentro de la llamada pintura sicodélica; Ever Fonseca como fiel representante de los mitos y leyendas campesinas; Juan Moreira, influido por la pintura social, recreador de personajes imbuidos dentro de un ambiente lírico; Alberto Jorge Carol, exponente de una obra de corte realista deudora de los aportes del arte pop con un matiz socio-político; Waldo Luis Rodríguez, paradigma de la fuerza de la abstracción expresionista y Rafael Zarza, estudioso de la tauromaquia, con una pintura, contrastante de color y rezumante de ironía . Se hace sentir la fuerte presencia del arte popular en lo referente a la pintura, a partir del auge del movimiento de aficionados. Se destacan autores con una trayectoria artística anterior que alcanzan obras significativas en este momento: Gilberto de la Nuez, Ruperto JayMatamoros, Benito Ortíz, Benjamín Duarte, Mario Bermúdez y Elpidio Guerra (Mirito). Sus individualidades personales muestran su relativa autonomía al poner en boga otros discursos y prácticas artísticas. Condicionado por el I Congreso de Educación y Cultura, entre 1971 y 1976 se aprecia un período caracterizado por la inducida fun- ción ideológica del arte las obras realistas constituyen elemento de activa participación en la construcción de la nueva sociedad. Integrado en su mayoría por graduados de la Escuela Nacional de Arte, a partir de la promoción del 70, junto a egresados de la Escuela San Alejandro. Se incorporan algunos artistas cuya producción tiene una relación directa con las tradiciones campesinas, tema asociado al realismo social con particularidades personales, vinculado a las preocupaciones ideo-estéticas en auge. Se reconoce la obra de Flora Fong, cuando ensaya con los formatos irregulares de madera apoyada en la interiorización de los personajes. Dibujante minucioso, Manuel Castellanos aborda nuestra realidad social con un prisma humorístico y un ingenio singular secundado por el dominio del oficio. Cosme Proenza, con un lenguaje expresionista neofigurativo, recrea temas mitológicos. En 1972 aparece el fotorrealismo, tendencia pictórica que agrupa a artistas de dos generaciones de estudiantes de la Escuela Nacional de Arte: César Leal y Aldo Menéndez junto a Flavio Garciandía y Rogelio López Marín (Gory) secundados más tarde por otros creadores. Es una de las manifestaciones más arraigadas y extendidas a través de múltiples variantes que llevan esta corriente hacia dos extremos bien delimitados, uno que proviene directamente del pop art y otro más cercano al hiperrealismo, aunque ambos toman como base la foto. Esta tendencia propicia la aparición de líneas temáticas inexploradas o de muy poca incidencia anteriormente: lo militar, el deporte y la solidaridad internacionalista. Se aprecian obras de César Leal, Aldo Soler, Aldo Menéndez, Gilberto Frómeta, Flavio Garciandía, Rogelio López Marín (Gory) y Arturo Cuenca, como figuras representativas del movimiento fotorrealista, que reúne diversas tendencias y acciones en consonancia con una estética que se avenía a la sensibilidad del momento. La creación del Ministerio de Cultura en diciembre de 1976 posibilita un período de tránsito que facilita un renacer de las artes plásticas. La amplitud de valoraciones en la representación estética promueve una profundización en el discurso artístico de los autores más trascendentales del período, cuyos primeros síntomas se hacen sentir desde 1977 a partir de la incidencia de las tendencias contemporáneas del arte puestas a disposición de los creadores.

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