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Anónimo, Estatua de Osiris dedicada por Nespakachutí. Saíta. Dinastía XXVI, 664
En esta escultura, el dios reproduce una iconografía muy común del período Saíta, donde se trata de volver a los valores perdidos del Imperio Antiguo y las obras reproducen los esquemas tradicionales. El rostro tiene las características de la iconografía del período, ojos oblicuos, boca sonriente y barba trenzada que cubre el mentón. En la parte posterior la escultura tiene un pilar dorsal, con inscripciones que especifican el nombre de la persona que ofrenda la escultura, Nespakachuti, sus títulos y el nombre de sus padres.
De esta tipología hay del período Saíta muchos ejemplares conocidos con pocas variaciones, como es el caso de uno procedente del complejo Giza y que actualmente está expuesto en el Museo del Cairo. Según criterio de algunos autores, esas imágenes representan a faraones, en la forma del dios Osiris, rememorando la iconografía de la IV dinastía, y que asume la dinastía Saíta tratando de marcar los valores del pasado.
Colección Condes de Lagunillas
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