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Escuela novohispana, El taller de Nazaret
La escena en el interior del taller con la Sagrada Familia, no se describe en ningún texto literario. Todas las imágenes que abordan el tema lo hacen de manera similar y tomando como referencia el hecho del oficio de carpintero de san José. Las fuentes apócrifas que refieren la escena son, la Historia copta de José el carpintero con el nombre de “Regreso de Egipto a Galilea” y la Historia árabe de José el carpintero, titulada “Vuelta a Nazareth”. Esta última expresa:
IX. Y cuando aquel pérfido e impío Herodes hubo muerto, volvieron a la tierra de Israel y se establecieron en una ciudad de Galilea que se llama Nazareth. Y José, el viejo bendito, ejercía la profesión de carpintero. Vivía del trabajo de sus manos, como prescribe la ley de Moisés, y nunca comió gratis el pan ganado por otro.1
El taller de Nazaret, es de pequeño formato octogonal. Es una de las obras de más encanto y delicadeza del conjunto novohispano. Se desarrolla en el interior del taller de carpintería de san José, lo que denota una influencia de los maestros sevillanos, Murillo, por ejemplo, cuando representaba esta escena prefería el interior del taller y no el paisaje exterior.
En la pieza se perpetúa, con sabio naturalismo, la imagen más próxima al perfil de una familia, terrenal común de todas las obras expuestas en la Sala Permanente de Arte Latinoamericano. Se muestra una sencilla familia: José realiza las labores de carpintero, María cose y el Niño barre. Es la única pintura de la colección en la que se representa a san José como anciano, manera en que se personificaba en la Edad Media, momento en que el santo ocupaba un lugar secundario en las representaciones religiosas.
Las figuras, ubicadas en un primer plano, se representaron a pequeña escala. La paloma del Espíritu Santo y un dúo de querubines en el extremo superior de la composición, son los únicos elementos que otorgan carácter religioso a esta obra. La luz activa, los colores fríos del fondo, intensifican la perspectiva ante un fondo paisajístico lejano.
La composición está diestramente equilibrada con el Niño en el centro, llamando la atención de las miradas de sus santos padres. La escena está representada con sencillez y manifiesta la tendencia a los temas anecdóticos y narrativos de los pintores novohispanos de la época.
1Historia árabe de José el carpintero, p. 3.
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