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Escuela novohispana (siglo XVIII), Santa Rosa de Lima
En Europa existieron visionarios como santa Catalina, que soñó con la boda mística con Cristo, san Simón que sonó recibir el escapulario de mano de la Virgen. Del mismo modo ocurrió en Latinoamérica en que algunos de los virtuosos regionales como santa Rosa de Lima lograron tener reconocimiento y promoción de la iglesia universal.
La iconografía de santa Rosa de Lima es variada y amplia. Se señala que la imagen rosista contó con dos fuentes de información: la literaria y la pictórica. La primera nace de una descripción de su aspecto físico hecha por un cronista de su tiempo y la segunda de un retrato post mortem realizado por el pintor Angélico Medoro, recién fallecida la religiosa, fueron estas las iniciales referencias de los pintores.
El desarrollo iconológico puede dividirse en tres momentos determinados: El galardón del Cielo, en que solo se exalta el espíritu místico de la Santa, arropada en hábito dominico. La estrella del Perú, en que se le agregaron los elementos que la caracterizaron como Patrona y Protectora de la ciudad de Lima y del Perú; y por último la bandera símbolo de los criollos peruanos cuando la convirtieron en insignia de sus deseos americanistas. Su imagen fue colocada y venerada en templos e Iglesias importantes de todo el país siendo objeto de especial orgullo y cuidado por tratarse de una Santa oriunda de su tierra.
Consideramos que esta obra Santa Rosa de Lima que muestra el Museo pertenece al segundo momento, al de la estrella del Perú, pues se reprodujeron además de su hábito típico dominico formado por túnica, velo blanco y manto negro, algunos atributos como la corona de rosas, el crucifijo y el ramo de lirios, todos vinculados estrechamente a su vida y a su consideración posterior como Patrona del Perú.
Esta santa Rosa de Lima, novohispana fue representada de medio cuerpo y de frente. En su mano derecha sostiene un crucifijo en cuyo extremo superior se lee INRI y en la izquierda sostiene una espiga de lirios. Ambos atributos simbolizan su consagración a Dios y sus acciones milagrosas o dotes sobrenaturales respectivamente. Según cuenta la leyenda, el ramo de lirios fue utilizado por la Santa para alejar el peligro del asalto pirata a su ciudad, en una ocasión ella lo lanzó al aire desde la torre de una iglesia y el capitán de la escuadra enemiga cayó enfermo, arrepentido de su propósito.
En esta obra, santa Rosa se representa con la fisonomía femenina característica de las mujeres de su natal Perú. Su cara se halla rodeada por la capucha blanca, que solo deja ver la parte frontal del rostro de cejas oscuras, arqueadas y gruesas, ojos castaños, nariz fina y labios pequeños y rojos. Las facciones en general son delicadas. Se logra armonía cromática con los tonos rosas de sus mejillas y labios que combinan con la corona de rosas que se ajusta a su cabeza, circundada por una fina aureola blanca.
El dibujo es preciso y perfilado, los pliegues de la túnica son trazados con líneas rectas y cortantes; se transforman en suave y ondulado en el manto y el velo que enmarca el rostro de la santa. El trazo de las manos es igualmente delineado
La iluminación es frontal, acentuando la planimetría de la imagen. La disposición de los atributos y el colorido variado, la combinación de colores apagados (azul, grisáceo, marrón violáceo) y la palidez de la encarnación, otorgan un aspecto interesante y atrayente a la imagen. El fondo de la obra es parejo de tono gris verdoso, haciendo resaltar la figura central.
Santa Rosa de Lima constituye uno de los ejemplos más completos de la tipología de representaciones iconográficas hagiográficas de la colección latinoamericana. Reúne en sí todos los elementos característicos retratísticos de primera santa de origen latinoamericano.
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