Raúl Martínez, Pintura, 1957

Aunque no fue miembro fundador del grupo Los Once, rápidamente se incorpora a él, motivado por intereses comunes a los de sus integrantes. Su obra personal, caracterizada desde un inicio por una rigurosa preocupación por el oficio, lo convierte en una de las figuras más importantes que emerge de dicho grupo. A finales de los 50 es considerado por la crítica nacional y extranjera como uno de
los más importantes expresionistas abstractos de Cuba. Pintura responde a las características de la llamada pintura de acción, cuyo resultado es una obra excelente, fruto del ejercicio habilidoso
del artista. Pieza de una exquisita factura y de un dominio absoluto de la técnica, sobria y a la vez profundamente emotiva. La pincelada suelta, junto a la superposición de manchas y colores en el espacio, le otorgan vitalidad a la composición. Obra resuelta a partir del gusto por la textura, la actividad del trazo y el sobrio manejo del pigmento. (E.V.D.)