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Anónimo, Pájaros y flores
El género de pinturas de flores y pájaros surgió antes que el paisaje y fue introducido en los objetos artesanales. Con posterioridad llegó a ser un tema independiente de la pintura, probablemente durante la dinastía Tang (618-907, d.C.).
Los artistas tenían un particular gusto por las flores, los ciruelos, las orquídeas, el bambú y el crisantemo, pues consideraban que las cualidades de estas plantas, tan elegantes y finas, se adaptaban a las virtudes de los pintores letrados o de las cortes. La representación de los pájaros se interpreta como la consumación de un mundo lleno de vida. Dentro de estas temáticas, algunas aves como la grulla fueron preferidas por los grandes maestros paisajistas, quienes se recreaban en la interpretación de la naturaleza sobre una seda pintada.
Los pintores de flores y pájaros trataban, cada vez más, de acercarse al parecido de las aves y de la naturaleza. Esta pieza recrea un tema que ha caracterizado a la pintura tradicional china y que gozó de especial florecimiento en tiempos de la dinastía Ming. La obra debió haber tenido firma en caracteres en uno de sus extremos, como es típico en los rollos chinos; pero está lamentablemente mutilada, tal vez por quienes hicieron del arte chino una fría manera de hacer comercio.
A partir de la observación del natural, esta interpretación de una temática tan conocida, parece novedosa por la belleza y sencillez de su composición; su gran riqueza cromática, así como el rigor y la precisión admirables en la plasmación de una exuberante naturaleza, normalmente acompañada de motivos florales y animales.
La hermosura de las aves y su imbricación en una atmósfera casi idílica debieron responder a una variada simbología, portadora de mensajes y deseos de longevidad, felicidad y amistad.
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