Leopoldo Romañach, Retrato del pintor Sánchez Araujo

Este óleo es tributario de una práctica docente de la Escuela San Alejandro y puede datarse en el primer decenio del siglo XX, cuando el joven alumno frecuenta las aulas. Pieza discreta de color aunque rica en matices, ofrece la imagen desde un fondo neutro, sin referencias epocales salvo el vestuario, cuya moda permite una aproximación a la fecha de ejecución. Excelente colorista y también destacado dibujante, el autor capta y destaca con absoluta perfección el rostro y las manos del modelo, como ejes emblemáticos, contrastantes con las rápidas y sueltas pinceladas que conforman el resto de la figura la cual parece integrarse al fondo. Junto a sus marinas, Romañach sobresale entre sus coetáneos por sus retratos. Una forma innovadora, caracterizada por la soltura, estructura una nueva mirada sobre el género, aunque en ocasiones recurre a soluciones más tradicionales, como respuesta al encargo social, caracterizado por un sistema de gustos y preferencias más conservador. Retrato del pintor... sintoniza con la vertiente renovadora que entrecruza de manera magistral fisonomía, sicología y una nueva técnica. (E.C.V.)