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Roberto Diago, Virgen de la Caridad, 1946
La virgen patrona de Cuba, la popular “Cachita” u Oshún, como la identifican los adeptos de la Regla de Ocha o santería, está representada en el cuadro de Diago con una sencillez y familiaridad muy similar a la de esas muñequitas de trapo o madera con que es reverenciada en los altares populares, y que semeja más un juguete ataviado de santa que una venerable imagen religiosa. Es en la atmósfera ingenua, ornamental, festiva, que envuelve y magnífica a esta virgen mulata, donde mejor se expresa ese substrato de conciencia o etnosicología cubana (no necesitado ya de ningún prefijo afro) que informa nuestras más auténticas creaciones culturales. Con este óleo –en muchos aspectos comparable a los de Carlos Enríquez o René Portocarrero– Roberto Diago logra una de sus obras de mayor sintetismo y riqueza expresiva dentro de este período, y acaso una de las más notables de toda su carrera. (O.H.)
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