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Eduardo Abela
EDUARDO ABELA VILLARREAL (San Antonio de los Baños, 1889- La Habana, 1965) Inicia sus estudios de pintura en 1911 en la Escuela San Alejandro. Por entonces comienzan sus colaboraciones en la prensa habanera con dibujos costumbristas. De 1921 a 1924 vive en España, donde realiza varias exposiciones. De nuevo en Cuba, vuelve al dibujo humorístico y crea en 1925 un personaje antológico, El Bobo, con el que combatirá la dictadura de Gerardo Machado. Para algunos, el dibujo humorístico de Abela es la zona en donde, sin pretenderlo, su obra entra en la modernidad, anticipando en muchos años los hallazgos de Steinberg y Thurber. En 1927 se vincula a la Revista de Avance y participa en la Exposición de Arte Nuevo. Su primer aporte importante a la pintura moderna cubana fue, no obstante, la serie “afrocubana” pintada en París en 1928. Regresa a Cuba en 1929, deja de pintar y se dedica a El Bobo. A la caída del dictador Machado abandona definitivamente la caricatura. Viaja como diplomático a Milán y conoce de primera mano a los primitivos italianos. Este descubrimiento, unido al fuerte influjo mexicano conforma su etapa “clásica” o “criolla”, a la que pertenece Guajiros, uno de los íconos de la pintura cubana moderna. Viene después un largo período dedicado a la diplomacia y a la vida familiar, en que disminuye el interés de su pintura. Tras la muerte de su esposa, en 1950 pinta El caos y exhibe en Guatemala un conjunto de obras apenas figurativas, que preludian la última y más extensa fase de su obra. Vuelve a París y durante una estancia de dos años tiene, según ha confesado, la verdadera revelación del arte moderno. Imita la pintura de algunos de los principales maestros de la modernidad entre los cuales la figura de Klee será decisiva en su vuelta a la figuración, ya con lenguaje muy personal que alcanza su apogeo después de su regreso a Cuba en 1954. Comienza entonces su última y quizás más importante serie: piezas de pequeño formato centradas en aves, niños, personajes fantásticos, animales y flores, entremezclados en un ambiente de sueño o de fábula.
Centenario de la Asociación de pintores y escultores
De la indiferencia al elogio.