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Mateo Torriente, Nido de lechuzas, 1963
Obra en barro cocido, realizada en 1963, en cierta medida compendia esa nítida vocación de Torriente por la recreación de elementos múltiples de la flora y la fauna nacional, al tiempo que ejemplifica un peculiar proceso de trabajo con la terracota que aprovecha como materia prima fragmentos de tejas y tubos de desecho esestimados por la industria cerámica. Así, motivada en primera instancia por un nido de lechuzas aparecido en el cienfueguero Palacio de Valle, la pieza evoca por medio de la rítmica superposición de estructuras tubulares y las formas aladas adheridas al ascendente elemento vertical, las naturales acumulaciones “construidas” por
el animal con los restos de sus alimentos y comporta, al cabo, una estilizada interpretación de aves y tronco que confirma la perspectiva esencialista que marcó su quehacer escultórico. (M.A.P.)
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