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René Francisco Rodríguez (Holguín, 1960) y Eduardo Ponjuán González (Pinar del Río, 1956), Productivismo, 1992
Cuando René y Ponjuán realizaron esta pieza tenían tan pocos materiales y era tanta la escasez en Cuba, que asumieron como reto de la propia obra preparar una enorme cantidad de óleo y aplicarlo con frota y cuchara de albañiles, consiguiendo esa desmesura pictórica, esa superabundancia de materiales que modula el sentido mismo de la obra.
El eclecticismo analítico como método, el recurso de yuxtaponer referencias artísticas heterogéneas, y la intención de hablar sobre el presente, están dentro de las estrategias intertextuales de este dúo que trabajara entre 1986 y finales de los 90. Sumidos en una gran cultura literaria que parece entonar todo lo que hacen, con una bien entrenada lógica de equipo que no supone afinidades fáciles, sino que refuerza diversidades simbólicas en sus trabajos, estos creadores han tenido una posición clave en el sensible lapso del arte cubano que va de 1989 a 1994, aproximadamente. Productivismo es una cadena de sentidos, una cascada de mensajes que se abren con doble o triple clic, desencadenando asociaciones de toda índole. La aspiración de los vanguardistas rusos de vincular un nuevo arte con una nueva vida; las vicisitudes plásticas y conceptuales del Realismo Socialista con una retórica que en el tiempo se torna vacía; la alusión a nuestros propios males de retórica; nuestro productivismo casero de principios de los años 80 (Arte en la fábrica, Arte en la carretera, Telarte, etc.) (1); nuestra sencilla y llana escasez... Todo un universo de conexiones que portan el signo de una creación relacional y de un espíritu que se desplaza entre la frialdad deconstructiva y la calidez de la utopía. (Corina Matamoros Tuma)
1.- Fernández, Antonio Eligio; “Utopías a la medida”, en Revista Loquevenga, Año 2, No. 1, La Habana, 1995.
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